domingo, 25 de mayo de 2025

Reconocido (des) prestigio

En general -quizá me esté columpiando, pero estoy razonablemente seguro de que no-, para acceder a los puestos altos en la Administración que no son de libre designación (consejeros del Tribunal de Cuentas o del Consejo General del Poder Judicial, magistrados del Tribunal Supremo o del Constitucional… esas cosillas) se requieren dos cosas: un cierto número de años de ejercicio profesional, y un reconocido prestigio.

El primero de los puntos no plantea problemas: se ve cuándo comenzó el ejercicio profesional del candidato, se echan las cuentas y si cumple el plazo, lo cumple; y si no, pues no, y aquí paz y después gloria. El segundo es algo más peliagudo, porque no dice en qué consiste el prestigio, ni quienes tienen que reconocer semejante adorno. De hecho, viendo la catadura de algunos que andan (es un decir) o han anduvido por los órganos citados, uno se pregunta quién demonios les haría la tasación prestigical porque, la verdad, dejan mucho que desear.

Y, lo que es peor, su falta de cualificación desprestigia las instituciones en las que les han colocado. Que algunas, la verdad, no es que tuvieran mucho prestigio, pero algo suponen en el entramado institucional (valga la redundancia) español.

Es el caso de Golpe Pumpido, presidente (llamarle mamporrero del psicópata, aunque mucho más ajustado a la realidad, suena mucho peor) del Tribunal Prostitucional (que, como digo, fue nacer y perder todo prestigio, de allí para acá no ha hecho sino ir a peor). A pesar de haber tronado contra la decisión de la Audiencia Provincial de Sevilla de plantear una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en relación con el enjuague del latrocionio continuado de los de la mano y el capullo en Andalucía con los EREs fraudulentos, el caso es que hace mes y medio no habían tomado todavía decisión ninguna…

…y mes y medio después, hasta donde se me alcanza, las cosas siguen exactamente igual. Una especie de fallus interruptus, aunque el titular lo llame gatillazo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: