sábado, 31 de mayo de 2025

Tarde y mal

Muchas veces, un silencio resulta más estentóreo que la más recia de las proclamas.

Es el caso de Pili Sonrisas, que era delegada del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Aragón en las fechas en que quien fuera ministro de Fomento apareciera por el parador nacional de Teruel para celebrar una fiesta con mujeres de moral nada dudosa (por inexistente), una fiesta en la que presuntamente se produjeron destrozos.

De hecho, ella también se alojó allí aquella noche, aunque costó Dios y ayuda -y muchas preguntas de la prensa- que lo admitiera, a regañadientes y con la boca pequeña, proclamando siempre su inocencia, su ignorancia y hasta su inepcia (bueno, esto último no, pero necesitaba una tercera palabra con i).

Si no hizo nada, si es inocente y pura, si no cayó en nada reprensible ¿por qué calló tanto tiempo?

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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