Es probable que el psicópata de la Moncloa no se haya apropiado, directamente, de un solo euro ajeno. Hasta es posible que no haya movido un dedo para prevalerse de su posición al frente del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer. Sin embargo, lo que es seguro es que algunos de su círculo más próximo no han tenido tantos escrúpulos.
La directora del conservatorio de Badajoz,
Yolanda Sánchez declaró en sede judicial que todo el mundo sabía quién era Pedro Sánchez en ese momento… incluido, añado yo, probablemente su hermano,
aunque no supiera dónde iba a trabajar ni en qué iba a hacerlo.
La pareja del psicópata coló su negocio del
software (diseñado con dinero público por empresas privadas, pero puesto a
nombre de la hija del dueño de la cadena de saunas homosexuales) asegurando que
era para hacer "prácticas con alumnos".
Sánchez quizá no sea, por acción, un chorizo. Pero lo es sin duda por omisión o por desidia.
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