Los que, por convicción ideológica o porque le deben las lentejas al psicópata de la Moncloa, cumplen sus órdenes sin rechistar, tienen un grave obstáculo para lo consecución de sus fines.
Este obstáculo es que hay quienes
no comparten esa ideología, no le deben nada al psicópata y, además, tienen
criterio y pundonor profesionales, y alzan la voz alto y claro para que se escuche
su parecer.
Es el caso de los letrados del
Tribunal Constitucional, que discrepan del parecer de Golpe Pumpido sobre
la sentencia del caso de los ERE y que han emitido cinco informes que avalan las tesis de la Audiencia de Sevilla.
Todavía hay esperanza. Aún no está todo perdido.
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