viernes, 22 de diciembre de 2017

Berrinche

Curándose en salud –cuando escribo esta entrada, a mediodía de la jornada electoral, todavía no sé (lógicamente) el resultado de las elecciones regionales en Cataluña, ni siquiera por aproximación, aunque he leído que la participación está siendo más baja que en los anteriores comicios, hace un par de años-, el (auto) exiliado Cocomocho se ha mostrado dolido por la influencia que la opresora España, la ladrona España, el Estado español, en resumen, tiene en Europa.
Una influencia que, contra lo que pueda parecer, no decayó con el declinar de los Austrias; o quizá sí, pero se mantuvo aletargada hasta mediados del siglo pasado, en que gracias a la mano del invicto Caudillo el Real Madrid obtuvo hasta en seis ocasiones la Copa de Europa. Nada de Di Stefano, Gento, Puskas, Santamaría o el Madrid Ye-Yé. Todo se debió a la mano (temblequeante en la sexta, al menos, por aquello de la edad) del dictador, que no sólo gobernaba con puño de hierro en España, sino que regía también los destinos de Europa… al menos en lo futbolístico, porque nuestra cosecha en Eurovisión fue más bien magra.
Continuación de esa influencia hispana en Europa debe ser, sin duda alguna, el hecho de que ninguna de las instituciones europeas haya dado reconocimiento a las reivindicaciones de los golpistas catalanes, validez al butifarrendum II o apoyo al político del corte de pelo imposible. Quizá por ello, el expresidente del consejo de gobierno regional y candidato a revalidar su puesto (la vez anterior lo obtuvo siendo el cuarto… lo que según algunos sondeos podría volver a ocurrir, sólo que no sería el cuarto de la lista más votada, sino la cuarta lista más votada) propone votar si Cataluña quiere pertenecer a una Unión Europea de países decadentes y obsolescentes.
Lo de siempre: pataleta de niño consentido que con un par de azotes a tiempo nos habríamos evitado todos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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