La
trilogía de Ransom Riggs llega a su fin con este volumen, una especie de suma y sigue
de los anteriores: acción estirada quizá en demasía, errores de traducción (los
personajes entran en un vagón de Metro, las puertas se mueven… y vuelven a
entrar) y, esto es de alabar, una narración contada en primera persona desde el
punto de vista de un adolescente.
Nunca
un grupo de fotografías antiguas dieron tanto de sí. En ocasiones, la narración
denota cierto estilo forzado para adaptarla a lo que reflejan las fotos. En el
resto, la trama tiene un resabio de historia de La Patrulla-X, en plan odiados
y temidos por un mundo que han jurado proteger, dotados con dones
extraordinarios… Los libros ni siquiera tienen una vaga carga política,
como ocurría con Los juegos del hambre.
Aunque, al menos, no ha tardado siete volúmenes en terminar, como J. K. Rowling… aunque en Wikipedia amenazan con una nueva trilogía.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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