Un
año más, toca hacer valoración de los últimos trescientos sesenta y cinco días
en la blogosfera.
Lo
primero que hay que decir es que he vuelto a batir el número de entradas
publicadas. Algo que parecía no ya difícil, sino casi imposible, hasta la
vuelta del verano, cuando la cuestión
catalana reventó y empecé a producir dos (y tres) entradas al día para no
quedarme descolgado de la actualidad (más de lo habitual, quiero decir).
Lo
segundo, en relación con lo anterior, que cada vez es más improbable que supere
la marca establecida. Como he dicho en alguna otra parte, podría hacerlo
publicando dos entradas al día; pero tengo una vida que vivir, aunque no sea
gran cosa…
Lo
tercero es que, aunque he retomado alguna de las series de entradas, sigo
teniendo pendientes las dedicadas a Tolkien. Y eso que, en una de ellas al
menos, el trabajo duro (transcribir los frisos al alfabeto latino) ya lo tengo hecho.
Lo
cuarto, y ya termino, es que he ganado algún lector nuevo que, según dice,
disfruta leyendo mis entradas. Pues me alegro, por ella y por mí.
¡¡¡FELIZ 2.018!!!
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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