jueves, 7 de diciembre de 2017

Podemos evitar otros lodos si combatimos estos polvos

Gran parte de lo que ocurre hoy en Cataluña se debe a la dejación que, en materia de educación, han hecho los sucesivos gobiernos centrales: los de izquierdas, los de derechas y los mediopensionistas.
Un elemento importante de esta dejación es lo que los regionalistas han llamado, eufemísticamente, inmersión lingüística. Y digo eufemísticamente porque lo que ellos denominan inmersión es más bien un ahogamiento, puesto que de lo que se trata es de convertir la lengua regional –con todo el respeto que la misma pueda merecer- en la única lengua hablada en la región, incumpliendo así el mandato constitucional de que el español es la única lengua oficial en todo el Estado, que todos tienen el deber de conocer y que, lo que es más importante, todos tienen el derecho a utilizar.
En Cataluña probablemente ya sea demasiado tarde para enmendar la situación, o en todo caso llevará mucho tiempo hacerlo. En las regiones limítrofes –eso que los necionanistas llaman países catalanes-, en cambio, es algo que pienso que todavía puede evitarse. O podría, si se tomaran las medidas adecuadas, que fueron precisamente las que no se han tomado en estos últimos cuarenta años… y que no se están tomando.
Gobernando como gobiernan contubernios entre suciolistos y neocom, no es de extrañar que expresidentes regionales señalen que hay padres absolutamente desesperados con la inmersión lingüística en Baleares. Visto lo visto (o lo no visto), esto no es, como diría Mafalda, el acabóse, sino sólo el continuóse del empezóse.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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