domingo, 17 de diciembre de 2017

Dos tontas tontérrimas

Si algo ha tenido como consecuencia el populismo de izquierdas en España es que el principio de Peter ha saltado por los aires.
En efecto, después de que zETAp demostrara que cualquiera, literalmente, podía llegar a ser presidente del Gobierno (no digamos ya ministro), la política se ha poblado de especímenes de todo pelaje y, merced a alianzas políticas a veces suicidas (para los que no tocan el poder, claro), han encaramado a las poltronas municipales a incompetentes notorios y sectarios, para desgracia de los sufridos ciudadanos que tienen que padecer los dislates de tales regidores.
Ejemplo paradigmático (sí, ya sé que tiro mucho de la palabrita, pero es que no sé qué es lo que tienen las esdrújulas que le dan un je ne sais quoi al discurso) de lo que digo son las alcaldesas de las dos principales urbes peninsulares (y que me perdonen nuestros vecinos lusitanos), es decir, Madrid y Barcelona. Es decir, doña Rojelia y la bruja Piruja.
En una especie de competición demencial, parecen decididas a demostrar que pueden soltar una tontería mayor que la de su colega. Aunque, por otra parte, en ocasiones actúan a dúo y sueltan simultáneamente una boutade que, por aquello del efecto multiplicador, resulta de más honda estulticia que la simple suma de sus partes.
Esto ocurrió hace un mes, con ocasión de un algo llamado Festival de Tecnologías de la Participación 'Ciudades Democráticas'. En una espiral de retroalimentación, la idiocia de las proclamas fue alcanzando simas más y más profundas: que si la revolución democrática del siglo XXI será feminista o no será, será de abajo a arriba o no será, será de las ciudades o no será (la escrachadora blasfema), que si hay que seguir trabajando para acabar con el patriarcado e instaurar una cultura de las mujeres (la filoterrorista defraudadora a la Hacienda pública), que si Madrid y Barcelona nos queremos… En fin, si no fuera porque me dan materia para el blog, sería cuestión de mandarlas a la m… con billete sólo de ida.
Lo he pensado mejor: aunque me den materia, que se marchen. Y que no vuelvan.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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