El Chepas, aunque haya tenido responsabilidades de gobierno, nunca ha dejado de ser un agitador callejero, que concibe la violencia como medio admisible en la política y que apoya a los que la ejercen… contra cualquiera que no sea él, por supuesto.
Por
eso, cuando el rapero Pablo Hásel fue condenado por apología del terrorismo, y
la izquierda reaccionó con una ola de violencia, el marqués de Villa Tinaja apoyó a los violentos. Y cuando el grupo popular en
la asamblea de Madrid presentó una propuesta para que la Asamblea exigiese la
dimisión del entonces vicepresidente del desgobierno socialcomunista que tenemos
la desgracia de padecer, Ciudadanos unió sus votos en la Mesa de la asamblea a suciolistos y neocom para tumbar la propuesta.
Naturalmente, un año después sabemos a qué jugaba Aguado: a traicionar a su presidenta del consejo de gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario