Hace ahora un año, Guillermito Puertas creaba un ministerio de la verdad mundial para combatir la desinformación en internet.
En una época en la que,
desde la película Forrest Gump, ya no puedes estar seguro de qué es real
y qué no, esta iniciativa parecería loable, toda vez que asegura que trata de
preservar la integridad del contenido, y que los verificadores puedan
comprobar que la información original no haya sido manipulada por el camino.
Sin embargo, la cosa va
más allá: se trata de identificar qué tipo de contenidos fue creado por un
medio generalista -como The New York Times, uno de los fundadores de
esta alianza por la verdad- o bien por un medio digital alternativo o un
usuario. En el caso de que la noticia provenga de un medio que desafíe y
cuestione la información publicada por The New York Times,
inmediatamente será catalogada como falsa.
Pero es que, además, se podrá rastrear la trayectoria del contenido falso incluso cuando haya sido lanzado por un usuario anónimo. Es decir, censura pura y dura, y persecución a los discrepantes.
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