Pudiendo haber sido algo rápido y (relativamente) indoloro, la caída de Pablo Casado de la presidencia del PP se convirtió en una larga agonía, en la crónica de una muerte anunciada.
Por aferrarse al cargo
contra toda esperanza -esas cosas sólo salen bien en la Biblia-, fueron
perdiendo apoyos uno tras otro -las ratas que abandonaban el barco que se
hundía-, hasta que sólo les quedó el barón de Murcia.
Al fin y al cabo, la región de origen de Teodoro García Egea…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario