Pedir a un izquierdista español que haga las cosas bien es como pedirle peras al olmo. Pedirle al desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, cuyo primer ninistro es el psicópata de La Moncloa, que actúen con un mínimo de decencia, es como dar de coces al aguijón. Un esfuerzo baldío, en ambos casos.
Por ello, que el consejo regional de gobierno de Andalucía insista al
ejecutivo nacional en una cogobernanza para que los fondos europeos lleguen a las empresas -con unos criterios objetivos, se entiende- es tiempo
perdido.
Si en Andalucía todavía gobernaran los de la mano y el capullo, la
petición sería innecesaria, porque regarían a la región de millones. Como los
andaluces han cometido el error de quitarse de encima a las garrapatas
socialistas -¡después de cuarenta años!-, se quedarán a dos velas… velas que
pagarán ellos, por supuesto.
Por ello, y por mucho más…
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