A la izquierda se le llena la boca hablando de las (presuntas) tramas de corrupción del PP, de las cajas B y de los pagos en negro, cuando es la izquierda la primera que tendría que callar. Porque es la izquierda la que ha hecho de la rapiña de los fondos públicos, más que un modus operandi, un modus vivendi. Es la izquierda la que maneja fardos de billetes como para asar una vaca, y es la izquierda la que se gasta el dinero en drogas y putas.
Y esto afecta a la izquierda tradicional y a la moderna,
que en realidad no deja de ser la antigua travestida: los neocom son neo
sólo en el lenguaje y en las formas, porque el mensaje sigue siendo el
mismo que el que proclamaban los paleocom. Son comunistas, y eso es lo
que importa.
Hace un año, la Audiencia Provincial de Madrid reabría la investigación
sobre la Caja B de los morados, el llamado caso Neurona
(la que les falta a éstos, por muy listos que se crean). Y lo hacía aceptando a
una exsenadora neocom, Celia Cánovas, como acusación particular en lacausa.
Y es que no hay mejor cuña que la de la propia madera.
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