La derechita cobarde, los maricomplejines y demás fauna a la derecha de los de la mano y el capullo tienen tan interiorizadas las consignas del giliprogrerío que las siguen a pie juntillas, aun cuando vayan contra el sentido común.
Es el caso de cuando, hace un año, los parlamentarios regionales en
Cataluña de populares y pomelos aplaudieron a una representante
de los Clicks Unidos de Playmobil. ¿La razón? Dejar sólo a Vox en su oposición
a las llamadas leyes de género.
Pero como todo lo hacen mal, intentaron nadar y guardar la ropa: no participaron en la lectura de los nombres de las 1.081 asesinadas orquestado por la izquierda y separatistas, pero se sumaron a la ovación.
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