No parece tener fin la imaginación, a la hora de dilapidar los fondos europeos, del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.
Si hace unas semanas hablaba de la prevención de la electrocución de
las aves por los cables de alta tensión, hoy toca hablar de la subvención que
el ninisterio de Transportes va a dedicar a estudiar el ruido de las
carreteras (sí, tal cual): trecientos dos millones de euros.
Teniendo en cuenta que eso supone algo más de dos zendales, ¡la
de escuelas que se podrían hacer con semejante río de dinero!
Por ello, y por mucho más…
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