Cuando saltó la noticia de que el Parlamento europeo investigaría las conexiones entre el separatismo catalán y Rusia, uno no pudo por menos que pensar en el viejo refrán castellano que dice dime de qué presumes y te diré de lo que careces.
Porque la Rusia actual no es que aliente los separatismos en su seno,
sino todo lo contrario. Los reprime, y ferozmente además. Cuando alienta un
separatismo, siempre es fuera de sus fronteras actuales, y siempre por su propio
interés (que se lo digan a los ucranianos con Crimea). Al contrario, busca
devolver a su seno todo lo que un día estuvo, bien directamente en la Unión
Soviética, bien bajo su paraguas.
Así que si apoyan a Cocomocho, al bleferóptico con sobrepeso, al de la raza superior y a los de los apellidos indiscretamente descriptivos, es porque les interesa crear división entre los que suponen algún tipo de obstáculo a sus intereses, llámese España o Unión Europea.
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