Cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo… aunque, según escribo, pienso que nadie nunca aclaró con qué rabo mataba las moscas el diablo (lo sé, lo sé, chiste pésimo y de mal gusto).
Cuando los políticos españoles se aburren -sobre todo si son de
izquierdas o nacionalistas-, perpetran sandeces. Es lo que pasó hace un par de
semanas en la asamblea legislativa regional catalana. Hace unos años,
proclamaban una república (que no existe, ¡idiotas!) que dejaron inmediatamente
en suspenso.
Ahora, lo que reclaman es la reparación moral de las brujas. A
ver si lo que pasa es que se están curando en salud y lo que reclaman es su
propia reparación moral -si es que la tienen-, ya que tres de los cuatro parlamentarios
que presentaron la propuesta son (presuntamente, que hoy en día nunca se sabe)
mujeres.
Sí, las estoy llamando brujas. Y que me perdonen las hechiceras, adivinas, encantadoras, magas, nigromantas, embaucadoras, sibilas, meigas, aojadoras, zahorisas y jorguinas, por separado o en aquelarre.
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