El desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer está compuesto por gente no sólo generalmente malvada, sino también absolutamente ignorante.
Ya no es sólo que digan tonterías del tamaño del Monte Everest -o del Olympus Mons, ya puestos-, sino que se expresan tan mal que daría vergüenza a un niño
de primaria… de los de ahora (de los de mi época, ni te cuento).
Ejemplo palmario de tonterías mal dichas es el ninistro de Consumo,
que hace un año, y en apenas medio minuto, arremetió contra el español -y
contra los españoles o, al menos, contra sus oídos- al decir que se ha
puesto de manifestación y las leyes que hemos proponido.
He terminado, señoría.
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