Cuando Juan Alberto Belloch -nefasto ministro de Justicia, nefasto ministro de Interior, nefasto alcalde de Zaragoza- fue nombrado biministro por Felipe Gonzalez, colocó al frente de las Secretarías de Estado a dos mujeres: María Teresa Fernández de la Vega en la de Justicia, y Margarita Robles en la de Interior.
La (luego) Vicevogue daba miedo, con esa cara de arenque rancio
y ese rictus permanente de mala leche. Una y otro se le acentuarían cuando fue
llamada a más altos destinos. En cambio, su colega daba más bien risa: un
ministro (o equivalente) de Interior debe dar miedo, y la dicción ceceante (o
eso me parece recordar) me hizo comentar, ya hace un cuarto de siglo, que no
era la persona más adecuada para el puesto.
Ahora, Margarita es ministra de Defensa… y el puesto sigue viniéndole
grande. No sólo porque, con chaleco antibalas y casco sigue produciendo más
hilaridad que respeto -parece la hermana mayor de la Hormiga Atómica-, sino
porque las tonterías que dice son casi del mismo nivel que las que soltaban,
por poner un ejemplo de mujeres no especialmente brillantes, Masturbito
o Bibiana Aído.
Hace casi un año, El Mundo publicaba una entrevista con la
susodicha en la que desgranaba varias de las perlas a las que me refiero.
De hecho, cuando se me fastidió el soporte en el que guardaba el fichero con
las entradas pendientes, ésta fue una de las que más lamenté perder, y ha sido
una de las que más me he alegrado de recuperar.
- Tontería nº 1: Tengo derecho a un comentario frívolo. En España tenemos un Rey guapísimo y un presidente del Gobierno más guapo todavía. Un ministro, aunque sea parte del peor gabinete que ha conocido España, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, tiene una serie de servidumbres. No tiene vida privada (o poca), no hace declaraciones a título particular y nunca, jamás, hace comentarios frívolos. Menos aún si se ocupa de un tema tan serio como el de la defensa del país.
- Tontería nº 2: Pedro Sánchez es un gran presidente del gobierno pero sobre todo una gran persona. Mi compromiso con él está fuera de toda duda. El psicópata de La Moncloa será muchas cosas, pero desde luego no una gran persona. En cuanto al compromiso con él, visto los carros y carretas que ha tenido que tragar, no siendo militante del partido de la mano y el capullo y estando de vuelta de casi todo, desde luego que está fuera de toda duda.
- Tontería nº 3: El dolor une. He visto el sufrimiento en Ayuso y en Almeida, pero también en el presidente Sánchez. Empezando por el final, un psicópata -y el primer ninistro del Reino de España es uno de manual- es incapaz de sentir sufrimiento por nadie que no sea él mismo, porque carece de empatía. Teniendo en cuenta que cita en la misma frase a los dos dirigentes populares -de Isabel Díaz-Ayuso hizo mofa, befa y escarnio todo el giliprogrerío cuando lloró durante el funeral por los fallecidos a causa de la gestión criminal del ejecutivo ejecutor-, el peloteo de Margarita alcanza niveles estratosféricos.
Lo cual, teniendo en cuenta que ella es (o parece) más bien bajita, y su jefe es tirando a alto, no deja de tener su mérito.
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