Nunca
he tenido demasiado claro, en la expresión una
de cal y otra de arena, qué es lo bueno y qué es lo malo. Supongo que la
cal será lo bueno (por aquello de que requiere un cierto procesado o
elaboración para alcanzar un determinado nivel de calidad o pureza en su
composición) y la arena lo malo (por aquello de que abunda), pero lo mismo
estoy equivocado. Da lo mismo.
El
caso es que durante el fin de semana (incluyendo en el mismo el Viernes) ha
habido de todo, de lo bueno y de lo malo. Así, el Ministerio Fiscal ha visto sedición en los ataques a la Guardia Civil (los disturbios y manifestaciones de
estos días han sido tumultuarios, por lo que se daría un delito de sedición) de
los secesionistas… pero no ha denunciado a los responsables. Es decir, que
habría sedición pero no sediciosos. Curioso, cuando menos.
En
el colmo de la desfachatez, la radio pública regional no sólo delata los movimientos de policía y Guardia Civil, sino que anima a sus oyentes a hacer lo
propio. Y aunque el Gobierno parece haber reaccionado ante las marchas tumultuarias,
sigue sin desconfiar de la policía regional, cuyo entusiasmo reprimiendo a los
delinquidores es francamente mejorable.
Y
para guinda, la reunión que montaron los neocom
en Aragón, como apoyo a los golpistas. La cosa no pintaba bien desde el principio, porque las representaciones fueron, cuando menos, exiguas: doña Rojelia no asistió, los divergentes enviaron a sólo tres
representantes, el estrábico con sobrepeso a dos y los epígonos del orate con
boina a sólo uno. Para remate, la asambleíta se vio rodeada por una multitud
que, apostaría, era al menos tan nutrida como la que había dentro, en la que
aparecían banderas nacionales; algunas con el águila de San Juan (las mal
llamadas, no me cansaré de decirlo, inconstitucionales,
anticonstitucionales o preconstitucionales), lo que hizo
tuitear al enterrador de los paleocom
–qué poco parece haberle durado la luna de miel- que se encontraban rodeados
por fascistas, o expresión semejante.
Como
he leído por ahí, lo de los escraches no es tan democrático cuando es a uno al
que se lo hacen, ¿eh, Albertín? O Pablito, que resulta que llamó al presidente
del Gobierno para quejarse por la falta de policías vigilando su asamblea. Las
fuerzas del orden no son tan represoras, parece, cuando uno tiene los dídimos
de corbata por pensar que todo el mundo se va a comportar con uno como uno se
comporta con todo el mundo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario