Errar
es humano, pero es más humano todavía achacar a los demás los comportamientos
que uno realiza (o, a contrario sensu, disculpar en uno mismo las actitudes que
criticamos en los demás). O, en las palabras del Evangelio, ver la paja en el
ojo ajeno y no ver la viga en el propio.
Tras
los asesinatos causados por los atentados islamistas en Barcelona hace cosa de
un mes, las autoridades regionales se desgañitaron exigiendo que no se
politizara el tema, que no se buscara sacar un rédito político de la desgracia
ajena. Que ellos lo hicieran por activa, por pasiva y hasta por perifrástica no
les importaba un ardite.
Así,
cuando Sus Majestades los Reyes acudieron a los hospitales en los que se
encontraban ingresados los niños que habían sido heridos, y se hicieron fotos
con ellos, las precitadas autoridades regionales abroncaron a los reyes. Nadie
preguntó, ni a Sus Majestades, ni a los niños, ni a sus familiares.
Si
lo hubieran hecho, quizá se habrían evitado el bochorno (aunque hablar de
bochorno en una panda de sinvergüenzas ronda el oxímoron), porque resulta que
habían pedido permiso expreso…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario