viernes, 22 de septiembre de 2017

Memorracho

Junior es el mejor ejemplo de que el paso de la Universidad española no sirve, por sí solo, para nada más que para conseguir un cartoncito, llamado diploma, que convenientemente enmarcado y colgado luce algo en los muros de una casa u oficina. Porque será licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas, y doctor en Ciencias Políticas, y habrá pasado por la Universidad Complutense, la de Bolonia, la Carlos III y hasta por la European Graduate School, pero su incultura alcanza niveles enciclopédicos, casi los de su confesada soberbia.
Y lo mejor (lo peor para él) es que su desparpajo permite comprobar, con cámaras delante, que ni siquiera es un erudito a la violeta, sino un engañabobos: alguien que, por decir las cosas con ese permanente tono de enfado que usa, confía en engañar a los que tiene delante, sólo porque son más ignorantes aún que él. Tan pronto se inventa el título de una obra de Kant como se trabuca al mencionar una de las principales empresas auditoras del mundo, o confunde una salsa japonesa con una peligrosa variedad integrista del islam.
Y luego va y dice que la imagen de la Casa Real española manteniendo relaciones de amistad tan notorias con la dictadura saudí avergüenza a muchos ciudadanos. Tú sí que das vergüenza ajena, Junior.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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