Últimamente
salta a los titulares con cierta frecuencia la noticia de que a tal o cual
estrella de Hollywood (creo recordar que siempre se trata de mujeres) le han
hackeado su móvil o su ordenador y han hecho públicas fotos privadas en las que
la susodicha actriz aparece, como suele decirse, tal y como Dios la trajo al
mundo. La última a la que le ha pasado esto es Anne Hathaway.
La
actriz en cuestión se enoja, reclama respeto a su privacidad y amenaza con
acciones legales contra aquellos que han invadido su intimidad. Sin embargo,
desde mi punto de vista hay una solución rápida y sencilla para que estos
percances no les ocurran: que no se hagan fotos en pelotas.
A
mí, por ejemplo, no pueden hacerme de momento semejante jugarreta (predecir el
futuro se me da fatal, así que hablo sólo hasta el momento presente), porque no
me he hecho ni una sola foto en porretas, ni he permitido que me las hagan.
Además de que no sé a quién podrían interesar, el espectáculo sería más bien
deprimente… para el observador, quiero decir.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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