Hace
cosa de un mes, una senadora australiana acudió al parlamento de su país vestida con un burka con el que, según la noticia, estuvo veinte minutos antes de tomar
la palabra y quitárselo para pedir que sea prohibido por razones de seguridad.
La
senadora en cuestión pertenece al partido Una Nación; según el artículo, algunos
tildan a esta formación de ultraconservadora.
Algo para lo que no hay que correr demasiado –me refiero al hecho de tildarla
de tal cosa en este mundo políticamente correcto-, visto el nombre que han
elegido.
Naturalmente,
los biempensantes se le echaron encima. El fiscal general reprendió en su turno
de palabra el espectáculo en los
siguientes términos:
Les advierto y les aconsejo que tengan mucho cuidado con ofender las sensibilidades religiosas de los australianos
Esto
lo dijo en referencia a las leyes contra la discriminación racial y protección
de libertad religiosa, al cifrar en medio millón los australianos musulmanes,
entre los aplausos del resto de miembros del Legislativo.
Si
no he leído mal, en Australia hay unos veinte millones de personas (y el doble
de canguros, que es a lo que se refiere la noticia). Es decir, que sólo uno de
cada cuarenta australianos (un dos y medio por ciento) se declara seguidor de
Mahoma. Vamos a suponer que una cantidad equivalente (estoy seguro de que son
muchos más, pero da lo mismo) se declara cristiana (de la confesión que sea, o
de todas juntas). Por lo visto, las sensibilidades
religiosas de esos australianos pueden ser ofendidas sin que pase nada
porque, en efecto, nada pasa: a diferencia de los musulmanes, los cristianos no
andamos poniendo bombas por ahí en nombre de Dios, de Cristo o de la virgen
María.
Además,
la senadora en cuestión no planteó el tema por cuestiones religiosas, sino de
pura y simple política de seguridad. Como dijo ella, si una persona debe quitarse un pasamontañas o un casco antes de entrar
en un banco o cualquier otro edificio, incluido un tribunal. ¿Por qué no sucede
los mismo con alguien que tiene la cara cubierta y no se puede identificar?
Pues
porque debe ser fotosensible, mujer. Si
es que no piensas…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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