En general, los fines de semana no escribo para el blog. Otra cosa es que publique: si lo hago, es porque a lo largo de la semana voy adelantando trabajo y para cuando llega el Viernes por la noche, que es cuando empieza el fin de semana a efectos blogueros, ya tengo escritas y programadas las entradas de Sábado y Domingo.
Lo que ocurre es que en esto, como en casi todo, hay excepciones. Y ésta es una de ellas. Tiene que ver, cómo no, con el golpe de Estado perpetrado en Cataluña, que es la causa recurrente de las entradas extraordinarias (en el sentido de que no son las que se publican habitualmente a medianoche, sino las que aparecen en otro momento del día).
El Viernes, amagando pero sin dar, el presidente del Gobierno dijo, refiriéndose a los golpistas, que Nos van a obligar a lo que no queremos llegar. Según los detractores del registrador devenido presidente, a lo que no quiere llegar Rajoy es tener que hacer algo, siendo como es fiel partidario de dejar que las cosas se resuelvan ellas solas con el tiempo.
Lo que ocurre es que algunas cosas no se pueden dejar al albur del porvenir, porque son muy serias. Hay que actuar, como por ejemplo dando un ultimátum de cuarenta y ocho horas para intervenir todas las cuentas de la Generalidad y asumiendo el pago de los servicios esenciales de Cataluña. Que la medida está bien tomada lo demuestra el que los golpistas hayan reaccionado, acusando al Gobierno de fraude de Ley (algo en lo que son peritos expertos: en lo de cometer fraude de Ley, digo… pero también en lo de acusar a los demás de sus propios defectos) y de aplicar el artículo 155 de la Constitución por la puerta de atrás… al tiempo que anuncian que presentarán un recurso para suspender la intervención de sus cuentas: por lo visto, los tribunales españoles sí les sirven para intentar defenderse.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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