El
primer asunto del día de hoy tiene que ver con el club de mis amores, el que un
día estuvo en Sarriá y actualmente juega como local en Cornellá, el que tiene
en su denominación una referencia a España como contraposición al origen suizo
del club más importante (y politizado) de Cataluña (probablemente, en lo
segundo, incluso de toda España). Resulta que, en el tema del golpe de Estado,
la entidad se ha puesto de perfil; pero en temas como éste uno no puede
declararse neutral, porque el que no se opone a un delito lo está, por omisión,
favoreciendo. Tanto es así que un grupo de socios, minoritario eso sí, le ha echado en cara su falta de posicionamiento empleando la misma verborrea falsa y
sectaria que la que llevan empleando los secesionistas desde hace tantas
décadas ya.
Volviendo
a la vida real, la postura de la
policía autonómica y, en concreto, de sus mandos, cada vez deja menos lugar a
la duda, si es que hubiera alguno. Mientras la tropa incumple las instrucciones de la fiscalía, el jefe del cuerpo dio plantón a la reunión de coordinación
convocada por el ministerio del Interior y envió a un subordinado.
Luego
está el caso del alcalde de Vigo y presidente de la Federación Española de
Municipios y Provincias. Un socialista que ha dicho las verdades del barquero,
esas que yo llevo escribiendo en este blog desde hace ya bastante tiempo: si el
acudir a las urnas es una indicación de democracia, son democracias la China
comunista o Cuba, y lo sería la España de Franco, con el que también se votaba.
Y
mientras, decenas de ciudadanos anónimos (fascistas, a buen seguro) han llevado comida a los policías y guardias civiles que están acuartelados en un buque del puerto de Barcelona, mientras en otras
partes de España los miembros de esos mismos cuerpos parten hacia el Noreste de
la península entre vítores, aplausos y banderas de España.
Puede
que todavía haya esperanza, después de todo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario