Ha
querido la casualidad que las noticias aparecidas a mediados del mes pasado
sean comentadas un par de días después del golpe de Estado perpetrado por los
secesionistas catalanes.
Allá
por el quince de Agosto saltaba la noticia de que el PP descartaba definitivamente aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Dejando aparte la
prudencia o no de descartar la aplicación del precepto, lo que nunca se debe
hacer en una confrontación es decirle al enemigo –y los secesionistas (entonces
y golpistas ahora) catalanes lo son- lo que vas a hacer y, menos aún, lo que no
harás de ninguna de las maneras. Es algo que enseñan en primero de estrategia.
Prueba
de lo erróneo de la decisión fue que el ministro Méndez de Vigo tuvo que aclarar enseguida que el Gobierno estaba tranquilo
y estudiaba todas las vías legales en
Cataluña (hasta que no se demuestre lo contrario, la Constitución es una
Ley, y sus artículos entrarían dentro de esas vías legales); que el PSOE sacara pecho porque el PP se olvidara del artículo de marras,
añadiendo que les cayeron chuzos de punta
por decir que había que renunciar a aplicarlo; y que el portavoz del grupo
popular en el Congreso, Rafael Hernando, tuviera que señalar (menos de dos días
después de la manifestación inicial) que no estaba descartada la aplicación del
precepto constitucional, pero que lo tenía que decidir el Gobierno.
Lo
dicho: estacazo y tentetieso, y a otra cosa, mariposa.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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