Lo
primero que he de decir de esta novela de Stephen King es que se lee en un
suspiro. Engancha desde el primer momento, lo que no siempre ocurre con las
obras del escritor de Maine, y te mantiene atrapado hasta la última página.
A
pesar de ser la novela central de la trilogía inagurada con Mr. Mercedes, los protagonistas de ésta
tardan en aparecer casi un tercio de la obra. Hasta entonces, King desarrolla
en paralelo, en el pasado remoto y en el reciente, los sucesos que darán lugar
a la narración en presente.
Creo
que confluyen en esta novela dos de los temas predilectos de King, a saber: los
traumas del fin de la infancia y el discurrir de la adolescencia (suele decirse
que Cuenta conmigo o It son los ejemplos paradigmáticos) y el
amor (o, más apropiadamente, la obsesión) de algunos lectores con sus autores
preferidos (Misery sería el ejemplo
más claro, acabado y claustrofóbico de lo que acabo de decir). Además, juega
con el lector al plantear su recurso de matar a alguno de los personajes de
segunda fila con los que dicho lector pueda haberse encariñado… aunque lo hace
de un modo en cierto sentido inesperado.
Como
mayor pero señalaría que lo que
comenzó siendo una trama absolutamente realista en Mr. Mercedes va derivando en Quien
pierde paga hacia el lado fantástico al que King ha dedicado tantas obras
de su producción literaria, además de dejar claramente perfilada cuál será la
trama del cierre de la trilogía.
Para
finalizar, el título podría haberse traducido literalmente (El que lo encuentra se lo queda) y el
resultado habría sido igual de adecuado y metafórico (o revelador, tanto da) en
relación con la trama de la novela.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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