No
sé si este año batiré el récord de entradas (la cosa está complicadilla), pero
lo que es seguro es que este mes sí que bato la marca mensual. De hecho, si todos
los meses fueran así, haría cerca de seiscientas entradas al año, lo que
tampoco es plan. Aunque monótona, uno tiene una vida que vivir…
A
dos días de la fecha del butifarrendum II,
pocas cosas quedan ya por delimitar. Por un lado, el gobierno ha constatado que la policía regional no impedirá la ilegalidad, y asume un Domingo de festividad y celebración. Será para
los golpistas, porque para los españoles amantes de la Ley y el orden será,
parece, un día de duelo y tristeza.
En
Vascongadas, los concejales p-etarras piden urnas a los secretarios municipales
para llevarlas a Cataluña. Una nueva muestra de que ETA no ha sido derrotada,
sino más bien todo lo contrario: victoriosa y pujante, no tienen ningún recato
ni rubor en saltarse el ordenamiento jurídico a la torera (supongo que a la
torera portuguesa, porque los matadores, salvo el Cordobés padre, no se dedican a pegar brincos). No es que antes
no lo hicieran, pero se ponían capuchas, siquiera metafóricamente. Ahora lo
hacen a cara descubierta.
Luego
tenemos el caso del defensa central del Farça,
que se ha dejado de medias tintas y ha llamado a votar en el acto ilegal. Inmediatamente
se ha levantado un clamor en las redes sociales para que no vuelva a vestir la
camiseta de la selección española, algo muy natural puesto que es evidente que
no se siente español. Y algunos todavía se preguntan el porqué de los pitidos
que recibe por toda la geografía nacional en cuanto pisa un terreno de juego.
Uno
de los integrantes (el que tiene nombre y apellido menos catalanes, curiosamente) del (felizmente) disuelto dúo de El último de la fila también ha opinado sobre el tema, diciendo que
humillar no es el camino. Dejando aparte
que si alguien humilla aquí son los golpistas, es lo que pasa cuando pones un micrófono
delante de un ignaro: que las tonterías que profiere habitualmente se oyen con
mucha más claridad.
Y,
finalmente, algo para lo que no hay enlace, porque la información la oí anoche
por la radio: el comunicado de la Conferencia Episcopal Española. Como le dije
a mi padre, la iglesia española (ya es la segunda vez que me sale españoña y tengo que corregirlo, quizá
alguien está intentando decirme algo…) o, al menos, su jerarquía, cada vez da
más asco. No sólo es que adoptan el lenguaje de los golpistas (no existen los derechos de los pueblos, sólo tienen
derechos las personas), sino que, al ponerse de perfil, lo que hacen en
realidad es ponerse del lado de los malvados. Entre el bien y el mal,
Excelencias Reverendísimas, no caben equidistancias: el que no está con el
bien, está contra él.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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