La izquierda lleva un paso más allá la formulación de que los derechos de uno terminan donde empiezan los de los demás, y lo hace en el sentido de tus derechos terminan donde a mí me da la real gana.
La Constitución Española consagra la libertad
de opinión y de expresión (artículo 20.1), señalando que el ejercicio de estos derechos
no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa (artículo 20.2).
Pero a los miembros de la coalición Frankenstein
les molestan las preguntas que no sean pasarles la mano por el lomo o chuparles
el ojete, y han decidido dar a Paquita Alcanfor la posibilidad de expulsar de la cámara baja a los medios críticos.
Va a resultar que sí que tienen algo de sentido del ridículo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario