En una democracia, los medios de comunicación de titularidad pública -estatal, regional, municipal- deberían cumplir una finalidad de servicio público. Desgraciadamente no es así, al menos en España.
No sé si en otros países ocurre lo mismo
-creo que la BBC tiene un cierto renombre de buen hacer-, pero en España
todos los medios de comunicación públicos, en mayor o menor medida, hacen un Du
Guesclin y apoyan a quien les paga. De manera más evidente cuando quien
gobierna es la izquierda, que tiene menos escrúpulos y menos vergüenza, pero
todos barren para casa.
Y los de izquierdas, con ese concepto que
tienen de que el dinero público no es de nadie, lo gastan a espuertas en
ese saco sin fondo que es el ente Radio Televisión Española, que el año pasado
se gastó en personal la friolera de casi quinientos millones de euros.
Y eso, a pesar de todo lo que tienen externalizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario