Es de primero de estrategia electoral que el vigente sistema español, regido por la llamada Ley D’Hont, beneficia a los partidos grandes y perjudica a los pequeños, salvo que éstos estén muy concentrados geográficamente.
Esa es la razón de, por una parte, que el
bipartidismo (imperfecto) se mantuviera en España durante tres décadas, y que
partidos regionales tengan una sobrerrepresentación en las Cortes si atendemos
al número de sufragios que reciben en relación con el total de votos.
Esa es la razón de que, cuando la derecha se
ha presentado dividida -en los ochenta o en la década pasada-, el partido de la
mano y el capullo haya conseguido un número de diputados que excedía con mucho
la diferencia en votos.
Esa es la razón, en definitiva, de que el que
los cocuquistas se abalancen sobre el desgaste del PSOE para disputarleel terreno y arañar votos sea la mejor noticia que podía recibir España en
general y la derecha en particular.
Y si a la refriega se suman los neocom, mejor que mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario