Como decía Tywin Lannister, cualquier hombre que tenga que decir, 'Yo soy el rey', no es un verdadero rey. Del mismo modo, si una norma es constitucional no tiene que declararlo constantemente, de donde se deduce que la ley de bajada de pantalones no sólo es flagrantemente inconstitucional -incluso podría decirse que anticonstitucional-, sino que sus promotores, tanto de un lado del Ebro como del otro, lo saben.
Y también se han dado cuenta al otro lado de
los Pirineos, porque la Comisión Europea ha señalado que la bajada de
pantalones no responde al interés general, sino a un acuerdo político para investir presidente al psicópata de la Moncloa. También ha indicado que el
desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer tampoco
atendieron la recomendación de la Comisión de Venecia ni en lo referente a que
se tomara el tiempo necesario para realizar un diálogo significativo con el
final de lograr el objetivo invocado de reconciliación, ni en relación con el
requisito de que las disposiciones de la Ley sean claras y precisas.
Se puede decir más alto, pero difícilmente más claro.
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