Me repito más que el ajo, pero es que ellos no dejan de darme razones. Y es que un socialista español es alguien que prometerá una cosa y luego hará exactamente la contraria.
Cuando estaban en la oposición -lugar del que no deberían haber salido jamás y al que esperemos vuelvan más pronto que tarde, por mucho mucho tiempo-, los de la mano y el capullo reclamaban transparencia, luz, taquígrafos… todas esas cosas. Llegados al poder, como tienen muchas cosas que ocultar, todo aquello quedó en el baúl de los propósitos nunca llevados a cabo.
Porque un gobierno transparente no negaría al principal partido de la oposición -y formación más votada en las últimas elecciones generales, conviene no olvidarlo- los datos sobre las saunas del suegro del primer ministro y el hecho de que los locales en que estaban instaladas pertenecían a MUFACE. El desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer niega esos datos.
Porque un gobierno transparente no ocultaría el
coste de las indemnizaciones a los hombres encarcelados injustamente como
consecuencia de la degenerara norma que regula la violencia contra las mujeres.
El ninistro Bolardos lo oculta.
Porque un gobierno transparente no trataría de ocultar
que ha gastado el triple en traductores de árabe para solicitantes de asilo
desde 2.022. El ninistro Pequeño lo ha intentado.
Si no tienen nada de qué avergonzarse, ¿a qué tanto secretismo?
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