martes, 29 de julio de 2025

Reflexiones atemporales CCLXXX – Forzando las cosas

Siempre, desde que recuerdo, he estado a favor de la igualdad y en contra de la discriminación. Sin saberlo, y aunque muchos me llamen facha, resulta que soy de lo más igualitario.

Y es que, por mucho que la discriminación le pongas un adjetivo -por ejemplo, positiva-, no deja de ser discriminación y, por lo tanto, estarás perjudicando a alguien. En el caso de la antecitada discriminación positiva, a aquellos que, de no producirse la discriminación, accederían al lo que sea donde se aplique.

Y eso vale tanto para esa manía de los giliprogres de incentivar el que las mujeres estudien las llamadas carreras STEM (aquellas que se enfocan en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) -obviando el hecho de que, quizá, sea un ámbito que interesa porcentualmente poco a las mujeres, igual que el corte y confección (perdón por el posible punto de vista machista) interesa porcentualmente poco a los varones- como el establecer cuotas para mujeres, para homosexuales o para transexuales.

Si vales, vales; y si no, a la calle.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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