Conocidos tengo que dicen que votan al partido de la mano y el capullo porque el psicópata de la Moncloa nos representa muy dignamente allende nuestras fronteras, como decían en un programa de las mañana de la radio cuando era pequeño.
Nada que objetar a semejante afirmación. Dado
que no consulto los medios internacionales, ni me hablo con las altas esferas
de la política mundial, es posible que estos conocidos míos tengan mejor
información que un servidor y que, en efecto, el yerno del proxeneta sea el mejor
embajador posible de España.
Sólo que… quizá sea necesario poner a alguien
menos cualificado, pero que evite que, en el futuro, desde Bruselas nos
congelen mil millones de euros del quinto pago de los fondos europeos por
incumplir dos compromisos. Porque, si tal cosa ocurriera, no sería la primera
vez.
Sería, como mínimo, la segunda.
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