domingo, 13 de julio de 2025

A ver si va a ser por eso

Cuando Eric Blair publicó su novela 1.984 supongo que la impresión más o menos general fue que se trataba de una sátira (tómese el término con todas las pinzas posibles) sobre el marxismo que se había instaurado en media Europa y parte del extranjero, como suele decirse.

Pocos podrían sospechar, y menos aún desear, que fuera en realidad un libro tristemente profético, con conceptos que iban desde el Ministerio de la Verdad hasta la neolengua. Pero el reportero británico conocía bien a los que habían sido sus compañeros ideológicos (hasta que fue lo bastante inteligente como para abrir los ojos y abominar de ellos), y acertó de pleno.

Ahora, tres cuartos de siglo después, el partido de la mano y el capullo propone regular el uso de la palabra cáncer para promover un lenguaje responsable y empático.

Vamos a ver, panda de malnacidos: ¿el no decir cáncer va a ayudar algo en la lucha contra esta enfermedad? ¿Va a curar a los que la padecen? ¿O es que no queréis que se os compare con ella, por lo destructivos, parasitarios y mortales que resultáis?

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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