Los de la mano y el capullo no sólo son capaces de criticar en los demás conductas que ellos practican corregidas y aumentadas. Pueden, también, echar la culpa a los demás de sus propios errores.
Esto ocurrió en el Congreso de los Diputados
hace un par de semanas, cuando el psicópata de la Moncloa citó (presuntamente,
porque no coincidían ni la página ni el asunto) un pasaje de la ponencia del
congreso nacional popular, según la cual -siempre de acuerdo con el
yerno de Sabiniano- se pretendía incorporando el derecho al error en el
ordenamiento tributario español para minimizar las consecuencias de los errores
que se puedan producir en las declaraciones fiscales y reducir la indefensión
del contribuyente.
Sin embargo, la medida en cuestión fue
impulsada en 2022 por un órgano adscrito al Ministerio de Hacienda -el Consejo
para la Defensa del Contribuyente, órgano dependiente de la Secretaría de
Estado de Hacienda-, que propuso incorporar el derecho al error al
ordenamiento fiscal español para mejorar la seguridad jurídica de los
ciudadanos. Así pues, el PP estaría recogiendo (sólo como propuesta) esta
reivindicación, muy extendida entre los fiscalistas e incluso avalada por los
propios tribunales.
Hubo que recordarle a la pareja de Begoña que
había sido el propio Ministerio quien había hecho una propuesta para introducir el derecho al error, que el propio Comité de Expertos apoyaba introducirlo y
que los propios tribunales avalan esta figura. Es más la propia Agencia
Tributaria ya contempla esa figura jurídica desde este ejercicio. Y todo esto
con la ministra de Hacienda sentada a su lado y sin soltar prenda.
Aunque tampoco se le hubiera entendido, probablemente.
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