Al psicópata de la Moncloa no le importa nada salvo su persona y detentar el poder -y los beneficios que ello conlleva- tanto tiempo como le sea posible.
Ni España, ni los españoles, ni su partido,
ni la economía, ni sus principios (que no tiene) ni, estoy seguro si llega el
caso, su familia: cederá todo, transigirá todo, renunciará a todo salvo al
poder.
Precisamente por eso hay una posibilidad de
que haga, al fin, lo correcto, aunque por razones totalmente equivocadas o, por
mejor decir, espurias. Porque no le ha dolido arrastrar por los suelos, no ya
el prestigio, sino el crédito internacional de España, al negarse a acatar los
fallos en materia de indemnización a las empresas que confiaron en la política de
energías renovables de anteriores gobiernos españoles.
Pero, ¿y si llegara el caso de que, ante los
impagos reiterados, se embargara el avión asignado a la presidencia del gobierno
(en la actualidad, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de
padecer)? Es algo poco probable, cierto, pero factible. Y si esa posibilidad se
concretara, estoy seguro que Sin vocales se apresuraría a apoquinar lo
necesario.
Total, el dinero no saldría de su bolsillo…
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