Cuando el psicópata de la Moncloa estuvo en disposición de cambiar el colchón del dormitorio principal de la residencia oficial del presidente del consejo de ministros, su coro de halagadores profesionales se apresuró a señalar que se trataba del primer caso en que la segunda magistratura del Estado la ocupaba alguien con el título de doctor.
Poco importó que luego quedara bastante
probado que la tesis que le valió tal grado no la escribiera él, sino una panda
de negros… que, la verdad, tampoco es que pusieran demasiado interés en el
asunto, visto que había repeticiones, citas erróneas y más chapuzas de
redacción que en un examen de primero de primaria.
Tampoco es que parece que el interfecto se la
haya leído: cuando, hace un par de semanas, anunció que se comprometía a agotar
la legislatura, con o sin presupuestos, dijo que es falso que se haya perdidopoder adquisitivo, como sostienen estudios como Eurostat.
Para ser doctor en Económicas, se hace trampas hasta al solitario…
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