Lo malo de los llamados animalistas no es que digan tonterías, que las dicen, muchas y muy gordas. Al fin y al cabo, son humanos (bueno… más o menos), y nada hay más humano que equivocarse.
No, lo malo es que pretendan imponernos sus
tontunas a los demás. Es algo parecido a lo que suelo decir yo, medio en broma,
medio en serio: no me opongo a que los comunistas tengan sus ideas, a lo que me
opongo es a que las lleven a la práctica.
Bueno, pues la penúltima de los animatontos
-esta gente es la tecnología, cuando crees que tienes lo último ya ha
salido algo que lo supera- es defender que su madre, su leche,
oponiéndose a que los seres humanos consuman leche de otros mamíferos.
Al menos, ya no llaman leche a todos esos líquidos vagamente blanquecinos que no han salido de una glándula mamaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario