Los separatistas catalanes reclaman para sí unos privilegios que, precisamente por serlo, niegan al resto de las personas.
Ellos quieren hablar en ese dialecto del
occitano que se hablaba en Barcelona, pero se niegan a que se utilice un idioma
que nació en los monasterios de lo que ahora es La Rioja y que es hablado por
seiscientos millones de personas… ellos incluidos. Ellos quieren hacer con el
dinero que recaudan lo que les dé la gana, pero se niegan a que los demás
gestionen la cosa pública de un modo distinto (y mejor).
Ellos rompen en el estrado de la asamblea legislativa regional una foto de Su Majestad el Rey don Felipe VI, a quien Dios
guarde muchos años, sin que la mesa de la cámara diga ni mu; pero si dices que Companys
era un asesino de masas, Pujol y toda su tropa una panda de ladrones, o Cocomocho
un cobarde y un aprovechado, te ponen de fascista para arriba.
Cree el rufián que todos son de su misma calaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario