lunes, 4 de agosto de 2025

Seamos justos

A riesgo de repetirme más que el ajo, vuelvo a decir que la gran esperanza para detener y malbaratar el rumbo autocrático -llamarlo deriva sería concederle el beneficio de la duda- que hace tiempo emprendió el psicópata de la Moncloa se encuentra en el poder judicial.

Porque este poder es el único que todavía no controla -el Partido Popular tiene mayoría absoluta en el Senado pero, dado el papel cuasi residual que el ordenamiento jurídico español otorga a la llamada cámara alta, poco puede hacer-, el que le está presentando una mayor oposición y contra el que se dirigen todos sus afanes de acoso y derribo (bueno, los que sobran después de atacar a Isabel Díaz-Ayuso).

Y, de momento, van fracasando. Hace dos semanas y media saltó la noticia de que las candidatas del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer a la presidencia de las salas de lo Penal y de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo habían presentado su renuncia. Desgraciadamente, es pan para hoy y hambre para mañana, porque en un par de años los candidatos con más posibilidades de ser elegidos se tendrán que jubilar, y habrá que volver a votar.

Con suerte, para entonces los votos ya habrán botado al psicópata.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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