Dice la Constitución, aunque la indocta egabrense (a pesar de ser doctora en Derecho Constitucional) afirme que no lo dice, que todos los españoles son iguales ante la Ley, sin que quepa establecer entre ellos discriminación de ninguna clase por ningún motivo.
Claro, que luego llega el desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer y se dedica a lamerle el
orto a todos aquellos partidos que permitan, con sus votos, que el psicópata de
la Moncloa siga detentando un solo minuto más el poder. Y si para ello tienen
que barrer para determinadas regiones, se barre. Y si para ello tienen que cambiar
de opinión sobre algunos de sus postulados más sacrosantos (laicamente
hablando), pues se cambia. Como es el caso de la energía nuclear, que es mala,
muy mala, perversa… excepto en ese triángulo que hay entre el Ebro, los
Pirineos y el Mediterráneo.
Será la butifarra.
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