El talante democrático de los golpistas catalanes se resume en una sola frase: se hace lo que decimos nosotros, y se acabó. Se han saltado las normas que ellos mismos se dieron y las que otros les dieron, pero, al igual que en lo relativo a la secesión, no contemplan conceder semejante prerrogativa a otros.
Así, se han pasado por el escroto las órdenes, sentencias y dictámenes que les decían que lo que estaban haciendo e iban a hacer era ilegal. Pero ahora, Cocomocho ha requerido a los alcaldes catalanes que le confirmen que podrá usar los colegios electorales, dándoles un plazo de cuarenta y ocho horas para contestar. No parece que vaya permitir otra respuesta que la afirmativa.
Al igual que no parece que, a pesar de lo que dijera, Hacienda cierre el grifo del dinero a Cataluña tras poner en marcha los separatistas una página web sobre el Butifarrendum II. Porque, estando más tiesos que la mojama, a ver de dónde han sacado la pasta esos desgraciados hijos de mala madre.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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