jueves, 7 de septiembre de 2017

¿Y ahora, qué?

Finalmente, los secesionistas catalanes perpetraron (pues no cabe emplear otro verbo) sus amenazas y aprobaron la ley ilegal del referéndum ilegal. Y lo hicieron saltándose todas las normas habidas y por haber, incluidas las que ellos mismos se dieron no hace tanto tiempo, desoyendo a los servicios jurídicos de la asamblea legislativa regional –lo que quizá demuestre que no todo está podrido en esa región- y haciendo, literalmente, lo que les salía del escroto. Estaban decididos a hacerlo sí o sí, y lo hicieron.
Y venían avisándolo desde hace tiempo. Por eso, las palabras de Triple S, diciendo que ha muerto la democracia en Cataluña, quedarán muy bonitas (o no) como cita en los libros de Historia, pero demuestran, o bien una ceguera galopante, o bien una estulticia insuperable. Porque la democracia en Cataluña –como en Vascongadas, como va camino en Navarra- había muerto ya hace mucho tiempo. La democracia se funda, no me cansaré de decirlo, no en acudir con mayor o menor frecuencia a las urnas (por esa regla de tres, la Cuba castrista o la España franquista serían democracias), sino en el imperio de la Ley. Y hace mucho tiempo que en Cataluña los que mandan se han estado pasando las leyes, propias, ajenas o del sentido común, por el forro de los cojones.
Los que leen este blog ya sabrán mi respuesta a la pregunta que titula esta entrada. Aplicación a rajatabla de la Ley, empezando por la Constitución (España es patria común e indivisible de todos los españoles, y las Fuerzas Armadas son las garantes de su unidad) y siguiendo por el Código Penal (esto es un delito de sedición de libro).
¿No quieren ser mártires? Pues vamos a hacerles mártires. Démosles el gusto una postrera vez.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: