jueves, 28 de septiembre de 2017

Libertad de opinar... lo mismo que el jefe

Cuando los perroflautas comenzaron a ser delinquidores, se les llenaba la boca proclamando que lo suyo era auténtica democracia, que en sus asambleas se podía hablar de todo y manifestar cualquier opinión o postura.
La cosa no les duró mucho. Justito justito hasta que entraron en política y adoptaron las formas, modos y maneras que tanto criticaban en los demás, en esos a los que ellos denominaban la casta. Por expresarlo en términos fácilmente inteligibles, adoptaron la doctrina de el que se mueva no sale en la foto. O, por decirlo de otra manera, mostraron su auténtica cara, la de los totalitarios que siempre han sido los comunistas, en toda época y lugar.
Así ha ido ocurriendo en los neocom cada vez que alguien se ha atrevido a enfrentarse, o simplemente a llevar la contraria, al líder único, a Junior. Eso le pasó al número dos del partido, retrasado unas cuantas filas en el Congreso de los Diputados, y así ha ocurrido con la secretaria general en Vascongadas, afín al defenestrado, que ha anunciado que no se presentará a la reelección.
Según ella, no quiere hacer su oficio de la política (supongo que lo que querrá decir es que no quiere hacer de la política su oficio)… a pesar de lo cual, mantendrá su acta de diputada. Será que no piensa dar ni golpe porque, de lo contrario, no se explica…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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