miércoles, 20 de septiembre de 2017

Dime qué criticas y te diré de qué adoleces


Errar es humano, pero es más humano todavía achacar a los demás los comportamientos que uno realiza (o, a contrario sensu, disculpar en uno mismo las actitudes que criticamos en los demás). O, en las palabras del Evangelio, ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio.
Tras los asesinatos causados por los atentados islamistas en Barcelona hace cosa de un mes, las autoridades regionales se desgañitaron exigiendo que no se politizara el tema, que no se buscara sacar un rédito político de la desgracia ajena. Que ellos lo hicieran por activa, por pasiva y hasta por perifrástica no les importaba un ardite.
Así, cuando Sus Majestades los Reyes acudieron a los hospitales en los que se encontraban ingresados los niños que habían sido heridos, y se hicieron fotos con ellos, las precitadas autoridades regionales abroncaron a los reyes. Nadie preguntó, ni a Sus Majestades, ni a los niños, ni a sus familiares.
Si lo hubieran hecho, quizá se habrían evitado el bochorno (aunque hablar de bochorno en una panda de sinvergüenzas ronda el oxímoron), porque resulta que habían pedido permiso expreso…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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