sábado, 17 de agosto de 2024

Anda y que les den por donde amargan los pepinos

En una democracia, toda persona puede hacer lo que tenga por conveniente, siempre y cuando no perjudique a los demás (el consabido los derechos de uno terminan donde empiezan los de los demás).

En un régimen autoritario, una minoría más o menos amplia decide qué es lo que los demás pueden decir, hacer, pensar… y, por lo que se ve, hasta comer. Porque el partido de la mano y el capullo, dicen, quiere diseñar con los sindicatos una estrategia que defina los alimentos que podremos comer.

Podría tirar por la vía fácil y decir anda y que me coman… lo que sea, pero no lo voy a hacer, y me limitaré a mandarles a esparragar, o a escardar cebollinos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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